Desde la fábrica de Citroën Sport en Versalles (Francia) se comenzó a desarrollar el futuro vehículo de la firma del doble chevron para afrontar el campeonato del mundo de Rallys sustituyendo al exitoso Xsara WRC. El Concept car C4 Citroën Sport denominado inicialmente fue la estrella del evento durante su presentación oficial en el Salón del automóvil Paris 2006, convirtiéndose posteriormente en el C4 WRC, la nueva arma de Citroën para los rallys al máximo nivel.

El desarrollo del nuevo C4 comenzó durante el año 2004 bajo la dirección técnica de Xavier Mestelan-Pinon, aunque Citroën retraso su debut hasta enero de 2007. La cúpula de la marca decidía abandonar el mundial de Rallys de forma oficial al finalizar la temporada 2005. Guy Frequelin, director del equipo Citroën por aquel entonces tenía mucho que decir al respecto, insistiendo para no abandonar el mundial de Rallys y el debut del nuevo C4 que estaba en fase de pruebas. La marca lo replanteo regresando de forma oficial en 2007 con el nuevo coche totalmente desarrollado.

Muchos de sus componentes los compartía con su predecesor, el Xsara. Su propulsor desarrollado a partir de un motor XU7JP4 de cuatro cilindros en línea sobrealimentado por un turbo Garret TR30R fue sustituido un año más tarde(2008) por el un nuevo propulsor denominado EW10J4S. Esta mecánica se sitúa en posición central transversal e inclinada 25 grados hacia la parte del escape. Su corazón con un PAR de 570 NM rendía una potencia de 320 cv, su cambio de 6 velocidades de la firma X-Trac se manejaba de forma secuencial a través de unas levas situadas en la parte trasera del volante.
  Con el nuevo automóvil conseguía un dominio absoluto en cualquier superficie, un trabajo excelente donde la ingeniería y el departamento de estilo se marcaron un único objetivo desde el principio, ganar y mejorar las prestaciones del Xsara. Se trabajó sobre todo en el chasis y en la rigidez de su carrocería, donde aportaba una mayor estabilidad en altas velocidades.

Su debut en competición fue en el Rally de Montecarlo 2007, el prometedor C4 no podía debutar de la mejor forma posible, consiguiendo una victoria aplastante con doblete para Citroën, Sebastian Loeb y Daniel Sordo en primera y segunda posición respectivamente. El éxito estaba asegurado y Citroën nuevamente volvía a conseguir desarrollar un automóvil realmente increíble para la competición